Tiempo, ¿Qué harás con nosotros?
Las mañanas me resultan difíciles de cargar en mis ojeras; corrieron el riesgo más de una vez de resvalar y ahogarse en mi taza de café. Aquello hubiese sido una real tragedia, pero ¿Qué importa?. Aún sigo esperando, con la incertidumbre, respuestas del tiempo.
Dejá ya de extender tus brazos, traé un mínimo alivio, juntá tus manos para poder estar un poco más cerca. Para sentir, comprobar si el ímpetu de su tacto es como me lo imaginaba.