Esto tampoco va a tener sentido alguno, como la mayoría de las cosas que flotan en mi ambiente este último tiempo.
Me sumerjo en la cama, tapo con la almohada mi cabeza y tengo unas terribles ganas de no abrir más nunca los ojos.
Debería estar contento, después de todo soy yo también humano.
Pero no lo estoy. ¿Es triste la vida?
Deben haber puertas. Por hoy, una ventana.

Bien, regresiones. Ufff...
La verdad que hoy no puedo evitar sentirme como si tuviese quince años de nuevo. Me levanté raro después de haber tenido una pesadilla, abro las persianas y veo un hermoso día. Un clima un tanto extraño, me recordaba a un día donde tenia quince años. ¿Entonces qué hice? Lo puse a él -ellos- en volumen fuerte. Él, que me dice 'take me to the heaven of your bed', porque por ese entonces me intoxicaba con su música y sus letras (no es que ya no lo haga más, pero era distinto). Ahora, una sensación de vacío y de terribles ganas de poder volver el tiempo atrás. De cantar fuerte, bien fuerte. Tan fuerte que las ideas se volverían zordas.
Pero no, acá me desencuentro. Sí.
Veinte, tonto y tímido.

Quiero romperme
en infinitos pedazos cristalinos,
clavarme sobre tu pecho floreado.
Como un arcoiris en llamas,
desperdigando majestuosidad,
dejando cicatrices
monocromáticas.

Eh, ok.

Existen momentos
donde me gustaria rozarte
con un montón de palabras de
todo tipo de
texturas,
las que ya conoces y
algunas nuevas
también.