lunes, 19 de julio de 2010


entre sueños

Amaneció, una rajadura en la persiana dejaba entrar una tenue luz de sol que me hizo comprender que ya más nada quedaba.
Me senté sobre la cama y encendí un cigarrillo. Pasaron unos minutos hasta que no pude contener más mis ganas, entonces giré la cabeza esperanzado con que todavía siguieras ahí. De tu lado, un vacío se convirtió inevitablemente en tormenta para mis ojos; del otro lado los fantasmas, el lujo de la noche anterior.
El humo danzaba delicadamente al ritmo del silencio, mi parpadear se volvía cada vez más lento. Por un momento llegué a pensar que todo se trataba de un sueño, una prueba. Si, eso... Una prueba. Un reto que debía superar, como aquellos sueños donde tenia que encontrar la salida del laberinto, solo que esta vez iba a ser mucho más difícil.
La mañana recién comenzaba, pero tenia el peso de mil madrugadas, es ahí cuando la duda entró en juego. '¿Qué puedo decir? ¿Qué puedo hacer?'
Si tan sólo me hubieses dejado la solución escrita en algún papel...